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GPS en la Agricultura: Tecnología de Precisión para un Campo más Productivo y Sostenible

La agricultura está viviendo una revolución silenciosa, impulsada por la tecnología. Una de las herramientas más poderosas en esta transformación es el sistema de posicionamiento global (GPS). Lo que antes era un recurso reservado para transporte o navegación, hoy se ha convertido en una pieza clave de la agricultura de precisión, optimizando el uso de recursos, mejorando la productividad y reduciendo el impacto ambiental.

¿Qué es la agricultura de precisión?

La agricultura de precisión es un enfoque que utiliza tecnología para monitorear y gestionar los cultivos con un nivel de detalle altísimo. Esto permite aplicar insumos (agua, fertilizantes, pesticidas) solo donde y cuando se necesitan, en lugar de hacerlo de forma generalizada.

Uno de los pilares de esta técnica es el GPS, que se integra con tractores, drones, sensores de suelo, estaciones meteorológicas y software de gestión agronómica.

Beneficios del GPS en la agricultura

1. Optimización del uso de maquinaria

Con el uso de GPS, los tractores y maquinarias agrícolas pueden seguir rutas precisas con márgenes de error de apenas 2 a 5 cm gracias a tecnologías como RTK (Real Time Kinematic). Esto permite:

  • Evitar solapamientos en la aplicación de insumos

  • Reducir el uso de combustible

  • Minimizar la compactación del suelo

  • Aumentar la eficiencia operativa hasta en un 20-30%

2. Monitoreo en tiempo real

A través del GPS y telemetría, los agricultores pueden saber en todo momento:

  • Dónde está cada equipo

  • Qué labores están ejecutando

  • Cuánto tiempo lleva trabajando en una parcela determinada

Esto permite tomar decisiones en tiempo real, identificar cuellos de botella y mejorar la planificación de las tareas agrícolas.

3. Mapeo de suelos y cultivos

Gracias al GPS, es posible generar mapas detallados de:

  • Fertilidad del suelo

  • Zonas con más o menos rendimiento

  • Niveles de humedad

Estos mapas permiten aplicar fertilizantes, semillas o agua de forma variable, lo que se traduce en un uso más eficiente de recursos y una mejora directa del rendimiento por hectárea.

4. Reducción de costos e impacto ambiental

Al aplicar insumos solo donde se necesitan, se reduce el uso de:

  • Fertilizantes en un 15–25%

  • Agroquímicos en un 10–20%

  • Agua de riego hasta en un 30%, especialmente cuando se combina con sensores y climatología

Esto no solo baja los costos, sino que disminuye la contaminación de napas subterráneas y cursos de agua.

5. Trazabilidad y certificaciones

El GPS permite registrar cada acción en el campo: cuándo se sembró, qué se aplicó, cuándo se cosechó, etc. Esta información es clave para:

  • Cumplir con estándares de exportación

  • Obtener certificaciones orgánicas o de sostenibilidad

  • Facilitar auditorías de calidad

Experiencia internacional

En países líderes en agricultura como Estados Unidos, Brasil, Australia y Países Bajos, el uso de GPS en el campo es ya una norma:

  • En EE.UU., más del 70% de los tractores nuevos incluyen sistemas GPS con autoguiado.

  • En Brasil, el GPS ha sido clave para gestionar cultivos extensivos de soja y maíz en el Cerrado, logrando aumentos de rendimiento del 20–25%.

  • Australia, con terrenos vastos y condiciones extremas, ha implementado GPS en tractores, drones y cosechadoras para lograr una eficiencia milimétrica.

El caso de Chile

En Chile, el GPS ha comenzado a consolidarse especialmente en la agricultura de exportación: uva, cereza, palta, arándano y vino.

  • En la Región del Maule, productores han utilizado tractores con GPS para laboreo guiado y siembra de precisión, aumentando la productividad por hectárea en más del 15%.

  • En zonas como Ovalle y Copiapó, el GPS combinado con mapas de humedad ha permitido reducir el uso de agua en cultivos bajo riego tecnificado.

  • Empresas vitivinícolas del Valle de Casablanca y Colchagua utilizan GPS para planificar vendimias según maduración geolocalizada, logrando una mejor calidad de la uva y optimizando recursos humanos.

Además, startups chilenas están desarrollando soluciones integradas con GPS y software de gestión agrícola, lo que está democratizando el acceso a estas tecnologías, incluso en medianos y pequeños productores.

Conclusión

El GPS en la agricultura no es solo una herramienta de ubicación: es el corazón de un sistema inteligente que transforma datos en decisiones. Su aplicación ya está generando impactos concretos en productividad, sostenibilidad y calidad en el campo chileno e internacional.

A medida que bajen los costos y se integren otras tecnologías (como sensores IoT, inteligencia artificial o conectividad satelital), el GPS seguirá siendo una pieza clave para alimentar al mundo de manera más eficiente y responsable.